Publicado  miércoles, 31 de marzo de 2010

Crisis en el mercado discográfico de Argentina
Las ventas de CDs ya no son un negocio: Ahora los músicos tienen que salir a tocar en vivo para afrontar la piratería

La industria discográfica esta en problemas. “Las ventas de CDs bajaron en un 40 por ciento en estos últimos ocho años”, informó el jefe del departamento de marketing de Musimundo, Froilan Carranza. Son números que asustan y todo se debe a la piratería.

La crisis en el mercado nacional que comenzó a finales del 2001, perjudicó a las bandas consagradas como independientes ya que al grabar un CD no les asegura que se transforme en un boom de ventas, sino tan sólo una base para alcanzar el fin que hoy parece más redituable: el de las presentaciones en vivo, la verdadera fuente de ingresos fuertes para ellos. “Garpa más el vivo. La gente no tiene guita para comprar un disco de 50 mangos porque los que consumen rock nacional son de clase media- baja”, afirmó Billy Álvarez, el guitarrista estrella y manager de Vieja Cepa, una banda independiente que toca desde hace 15 años.
"Los shows en vivo van en aumento. Hay un cambio en los hábitos de consumo, incluso el público cambió. Ahora, a los recitales los pibes van desde más chicos, y acompañados de sus padres, que rondan los 40 y fueron rockeros de más jóvenes”, analizó José Palazzo, productor de rock en una entrevista con el diario Perfil.
Pero así como la piratería obligó a que los recitales sean la tabla de salvación económica para los artistas, también es cierto que las compañías discográficas evalúan la relación comercial que entablan con ellos. A menores ingresos por ventas de discos, mayores deben ser las ideas para obtener ganancias. Carranza aseguró: “A la hora de firmar contratos, ya sea con músicos y bandas consagradas, es clave que se tengan en cuenta los distintos soportes que permitirían facturar, como ringtones, wallpapers, formatos digitales, y también arreglar un porcentaje de lo recaudado en los shows”.
En épocas de crisis, todo vale para sobrevivir.

Critica de Bagdad Cafe

Publicado  martes, 30 de marzo de 2010


Bagdad Café
Ficha técnica 
Actores principales: Marianne Sägebrecht (Jasmine), Carol Christine Hilaria Pounder (Brenda), Jack Palance (Rudi Coxx).
Director: Percy Adlon 
Guión: Percy Adlon, Eleonore Adlon y Christopher Doherty.
Música: “I am calling you”, escrito por Bob Telson e interpretado por Jeveta Steele.
Genero: Comedia- drama Duración: 108 minutos
Valoración: 3 estrellas sobre 5

Una cafetería peculiar y original

Se cumplen 22 años del estreno de Bagdad Café, un film que consiguió el premio a Mejor Película Europea y varias nominaciones. Todo comienza cuando dos mujeres son abandonadas por sus maridos y el destino las une. Una de ellas, Jasmine, una turista germana (Marianne Sägebrecht) y la otra, una mujer de raza negra, Brenda (Carol Hilaria Pounder), que atiende el motel/restaurante Bagdad Café. En un principio se detestan, sin embargo, a medida que comparten más tiempo juntas, logran una relación entrañable. Jasmine, quien es perseguida y acosada por un habitante del lugar y antiguo decorador de Hollywood- Jack Palance- transforma el olvidado bar en un lugar popular e interesante en el medio del desierto. El director Percy Adlon, creador de las exitosas películas Dulce bebé (1985) y Rosalie va al Shopping (1989), exhibe un gran estilo dramático, acompañado por la musicalización de “I am calling you”, interpretada por Jeveta Steele y por momentos mezcla la ironía y el humor. También muestra una buena fotografía en tonos sepia, para así crear en el espectador una sensación de abandono y olvido, como lo está el bar. En tanto, Adlon logró realizar un buen producto con un bajo presupuesto y escasas locaciones. No obstante, gracias a eso, ayudó a que las imágenes capturadas, como el boomerang y la huida de Jasmine de su marido, al principio, aporten contenidos misteriosos y de suspenso.
Bagdad Café es un film recomendable ya que si bien el reparto completo cumple con las expectativas, las grandes actuaciones de sus dos protagonistas enaltecen y llevan adelante una historia, que por momentos, en sus 108 minutos de duración, se torna densa. Por otro lado, a pesar de que las primeras escenas fluyen a un ritmo despacio y lento, luego adquiere un mayor dinamismo y un final impredecible.

Dubai

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Dubai, un oasis en pleno crecimiento
donde no todo lo que reluce es oro


Desde 1982, su economía se ha desarrollado a un ritmo frenético.
Sin embargo, sus
costumbres son ancestrales.

Una mezcla entre oriente y occidente; un antiguo desierto sobre el que ha estallado la burbuja inmobiliaria; un lugar donde se entrelazan costumbres y culturas. Se trata de Dubai, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, que desde su independencia en 1982, ha crecido económicamente entre un 6 y un 11 por ciento anual . Un hotel exclusivo de siete estrellas- Burj Al-Arab-, la primera estación artificial de esquí de Oriente Medio y próximamente el primer hotel acuático del mundo son algunas de las atracciones.
Las inversiones en infraestructura parecen demasiado ambiciosas para un estado de solo un millón y medio de habitantes, de los que un 80 por ciento son extranjeros. Los logros económicos del emirato comenzaron con la llegada al poder del jeque Al Maktoum en 1995, que buscó utilizar las ganancias producidas por el petróleo en inversiones de capital duradero¬ - inmobiliarias en Londres y Nueva York por ejemplo- que permitan sostener el estilo de vida de todos sus habitantes cuando la fuente de energía se acabe.
No obstante, el empresario y analista político internacional Omar Adra asegura que “Dubai en diez años se hundirá ya que con esta crisis financiera, su economía caerá porque construyeron casi a crédito, deben el 107 por ciento de su producto interno bruto y el turismo disminuirá”.
Sin embargo, no todo lo que reluce es oro. Según Adra, existen costumbres antiguas que siguen manteniéndose en el mundo moderno. “Se estima que no tiene instituciones elegidas democráticamente ni partidos políticos ya que los ciudadanos no tienen derecho a cambiar su gobierno. La libre asociación es restringida y los derechos de los trabajadores son bastante limitados”.
En tanto, la trata de blancas y el uso de niños extranjeros como jinetes de camellos continúan a pesar de las promesas de los gobernantes de terminar con esas prácticas. Además, las condiciones infrahumanas de los trabajadores repercute, en una alta tasa de suicidios que, según la organización no gubernamental Human Rights Watch, el gobierno oculta.

Entrevista a uno de los 7 finalistas del mundial de judo

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 Alejandro Clara práctica judo desde los 5 años y hace 6 con la selección nacional
“Es muy difícil la vida del judoka amateur en Argentina, nunca sabes para que te entrenas”
A pesar de las dificultades para triunfar con este deporte en el país, con 19 años, es el numero uno en la categoría de mayores, ya que consiguió cuatro campeonatos y un séptimo lugar en el mundial Sub-20 en Francia. Reconoce que la beca mensual del gobierno va a ayudar un poco pero que todavía falta mucho. Además estudia ingeniería química en la UTN y está de novio hace nueve meses.

No es famoso, ni reconocido. Nunca apareció en la televisión y tampoco en los diarios. Sin embargo, Alejandro Clara, cada día crece más y más dentro del deporte que lo apasiona: el judo. Siendo liga juvenil, con solo 19 años, es el numero uno en la categoría de -73 Kg de mayores y ya cosechó dos campeonatos Nacionales, un Intercontinental, un US Open y un séptimo lugar en el mundial Sub-20, disputado este año en Francia. A pesar de eso, él va por más.
El reloj de la cocina marca las 19 en punto. En ese momento aparece en escena Alejandro, vestido con su Judogui (uniforme usado por los judokas), saluda a su madre Celia, quien lo recibe con una chocolatada y galletitas (su merienda preferida). “¿Cómo estuvo el entrenamiento?”, le pregunta. “Magnifico, como siempre”, contesta un entusiasmado Clara.
Desde los 5 años, entrena en el Club Italiano, ubicado en el barrio porteño de Caballito, justo enfrente del Parque Rivadavia. “Me acuerdo que elegí ese lugar porque pasé por la puerta y me llamó la atención cuando ví chicos dando vueltas en el aire. Entonces le pedí a mi papa de empezar. Al principio me aburría pero cuando comenzaron los viajes y torneos por toda la Argentina me fascino”, recuerda Alejandro y sostiene que sigue entrenando en el Italiano “ya que es el mejor club de judo del país”.
Además, practica también dos veces por semana en el Cenard con la selección. A los 13 específicamente, lo llamó el entrenador para convocarlo, luego de ganar el torneo nacional. “Siempre competís con los mejores cuatro luchadores del país para ver quién viaja a los campeonatos. Por suerte a mí la mayoría de veces me fue bien”
El judo en Argentina es un deporte amateur, pero existe la posibilidad de profesionalizarse. Según Clara “se logra ganando plata con algún sponsor” y afirma que “uno es profesional cuando se lo propone, no cuando firma contratos”. En tanto, el gobierno otorga, desde hace algunos años, una beca mensual para ayudar a los deportistas. Los juveniles reciben 500 pesos. Mientras que en la categoría de mayores los valores rondan entre los 1500 y 3500 pesos. A partir del año que viene, Alejandro va a comenzar a ganar ese sueldo.
- Con esa beca mensual, ¿Cambió o va a mejorar el deporte?
- No mucho. Todos los deportistas destacados la cobran. Lo malo es que la moneda argentina está muy devaluada, entonces no sirve de mucho, pero por lo menos algo ayuda.
- ¿Y que sucede con los viajes para los torneos? ¿El gobierno los subvenciona o corren por cuenta propia?
- La mayoría de los viajes los pagaron mis viejos con un poco de ayuda de la Confederación. A medida que conseguís buenos resultados, el gobierno te apoya más, algo que está mal. Si hubiera más ayuda, Argentina sería una potencia como muchos otros países, ya que con casi nada se lograron cosas. Paula Pareto, bronce olímpico en Beijing 2008, es un ejemplo de que con poco se puede llegar a lo más alto.
A lo largo de estos casi 15 años de trayectoria en el judo, Alejandro participó en infinidad de torneos, con los que pudo conocer muchos países del mundo. Entre sus preferidos, se encuentran Tailandia “porque me impacto, es una cultura totalmente diferente” y Francia “ya que es uno de los países más lindos y aparte es una potencia en judo”.
- Durante el 2008, estuviste entrenando tres meses en Cuba, ¿Te ofrecieron seguir tu carrera allí?
No. Solo fuí a practicar con el equipo de mayores para perfeccionarme. Tenía 17 años y al principio fue muy difícil porque extrañaba mucho y encima me mataban con el entrenamiento, era durísimo. Sin embargo, en los últimos días, el entrenador dio una charla técnica, donde criticó a todos los judokas cubanos porque no estaban entrenando como debían, y a mi me felicitó porque a pesar de tener varios años menos y mucha menos experiencia ejercité a la par de ellos sin quejarme. Eso me puso muy contento.
-¿Y alguna vez te toco vivir una experiencia mala?
- Sí. Una vez para ir a un Panamericano juvenil tuve que luchar al mejor de tres peleas con un chico de Rosario, le gané, pero al otro día me informaron que tenía que combatir de nuevo con el mismo. Eso me dio mucha bronca. Son cosas que pasan en el deporte cuando hay acomodos. También están las lesiones
- Cuando pasan ese tipo de situaciones ¿Pensas en dejar todo?
- Si. A veces entrenas demasiado y no te va bien. Lo peor es cuando te dicen que no podes ir a un torneo porque no hay plata, ya que sabes que ese dinero se lo queda alguien
Si bien Alejandro está satisfecho por haber elegido este deporte, ya que le dio experiencia y pudo conocer el mundo, no todo fue color de rosa para él. “Siempre me esforcé mucho para llegar a donde estoy. Me perdí cumpleaños, fiestas, momentos con amigos”, reconoce Clara. Aunque también perdió sueños de realizar por la organización y política argentina. “Muchas veces la Secretaria de Deportes, faltando tres meses para un torneo, te dice que viajan ocho personas, entonces todos se ponen a entrenar. A los dos meses te dicen que van cuatro y así hasta la última semana, cuando indican que no viaja nadie. Entonces tanto esfuerzo al pedo por no saber manejarse. Son cosas que me molestan mucho. Es muy difícil la vida del judoka amateur en Argentina, nunca sabes para que te entrenas”, cuenta desilusionado
Sin embargo, esas situaciones nunca le hicieron bajar los brazos. Lo potencian más. Tal es así que entre sus próximos proyectos se encuentra el sueño de llegar a un juego olímpico. “Si lo logro después voy a pensar en otras metas”, señala con serenidad.
Un judoka sin su uniforme
Cuando no entrena o compite, Alejandro reparte su tiempo en la facultad, donde estudia ingeniería química. “Siempre me gustaron los números y la química. Este fue mi primer año en la UTN y me costó mucho organizarme con el estudio y el judo”, dice. Vive en el barrio porteño de Caballito con sus padres- Alejandro (psicólogo) y Celia (odontóloga)- y con su hermana, Micaela. Está de novio hace nueve meses con Valeria, a quien conoció en un torneo de judo porque es la hija del entrenador de la selección femenina. “Ella es muy buena. Me banca a pesar de todos los viajes”, informa Clara. Los fines de semana le gusta ir al cine con Valeria o ir a bailar con los amigos. También, cuando puede va a la cancha de San Lorenzo, el club de sus amores.
Se considera una persona buena y solidaria, aunque a veces un poco soberbio. “Siempre trato de ayudar y enseñar a los que menos saben. Muchos judokas se creen muy buenos y no ayudan a los que están empezando, y no hay que olvidarse que uno estuvo en ese lugar. Y si el deportista no tiene algo de soberbia, te pasan por arriba”, concluye un joven ambicioso.